Las ciudades, camino de ser espacios permeables al agua de lluvia

El agua es un recurso cada vez más escaso, y todavía lo será más en el futuro debido al cambio climático es previsible que lo sea cada vez más proximamente, incluso en zonas del planeta en las que hasta el momento no habían tenido problemas a este respecto. Por eso es necesario cambiar la visión actual de las ciudades en lo referente a este tema, porque a lo largo del tiempo, las ciudades han ido sustituyendo las superficies naturales que permitían la infiltración del agua de lluvia hacia los acuíferos del subsuelo, por pavimentos de materiales que no son porosos, como adoquines, asfalto o baldosa, por lo que nos encontramos con que las superficies urbanizadas tienen unos suelos impremeables, de forma que al caer en las calles urbanizadas de las ciudades, el agua de lluvia se desliza en la superficie unas distancias considerables hasta llegar al alcantarillado, con el problema que se vierte ya contaminada por las partículas sucias que arrastra en su camino. Esta agua en malas condiciones se mezcla con otras aguas residuales, por lo que es imprescindible que sea tratada en estaciones depuradoras mediante unos tratamientos que tienen gran coste y son poco eficaces.

Todo esto es un proceso nada deseable para el medio ambiente, por lo que ciudades que van en vanguardia en este tema de la sostenibilidad están desarrollando los llamados sistemas urbanos de drenaje sostenible (SuDS), que tratan de devolver la permeabilidad a los suelos en zonas urbanas a través de distintos planes que se están llevando a cabo. En China o Australia están apostando decididamente por desarrollar normativas para integrar las llamadas "aguas grises” de uso doméstico y la lluvia en la gestión hídrica de sus zonas urbanizadas.

Por su parte ciudades de EE.UU., Reino Unido o Sudafrica están llevando a cabo también políticas en favor del tratamiento sostenible de superficies a través de la filtración, captación y reaprovechamiento del agua. Londres ha implantado el drenaje sostenible como un requisito imprescindible en las urbanizaciones de nueva construcción y ha diseñado una guía para facilitar a los responsables de la creación de nuevas zonas, calles y parques la aplicación en su gestión de medidas en favor del buen desarrollo del ciclo del agua.

El agua de lluvia debe recogerse lo más cerca posible de donde cae para aumentar la sostenibilidad, para ello se utiliza un recurso llamado “jardines de lluvia”, que sonzonas verdes acotadas que están preparadas para recibir grandes cantidades de agua e inundarse en su totalidad en los momentos de lluvias abundantes, minimizando así el riesgo de que esas inundaciones se produzcan en las zonas urbanizadas, y reinfiltrando de manera gradual el agua en el subsuelo, teniéndose en consideración las pendientes del terreno, permitiendo el paso del agua rebajando los bordillos y otros elementos. Se realiza también un tratamiento de las capas que están en el subsuelo para que su capacidad de reinfiltración sea más eficaz. Esta técnica, también llamada “biorretención”, además de servir para filtrar el agua, tiene la ventaja de generar hábitats húmedos que fomentan la biodiversidad.